martes, 26 de agosto de 2008

Madrid, Madrid, Madrid...

Este fin de semana he tenido la oportunidad de hacer un pequeño viaje de fin de semana a Madrid. Desde que elegí la plaza Mir no había tenido la oportunidad de volver y la ciudad cada día me parece más insoportable.

Madrid provoca es mi una sensación particular, no comprendo cómo una ciudad en sí es capaz de ponerme de mala leche. O quizás no sea la ciudad. Miles y miles de personas que transitan a una velocidad insana, con prisa, aunque no tengan una ocupación que desempeñar.

No sé cuántos millones de personas viven en ella (y la verdad tampoco me interesa), pero la sensación de agobio que en mí produce es cuasi inexplicable. Y estábamos a finales de Agosto con, supuestamente, media ciudad de vacaciones. No quiero pensar cómo será la situación con el equipo titular completo.

El tema de la noche madrileña es harina de otro costal. En cuanto se pone el Sol uno tiene la sensación de vivir en Gotham City. Paseando (o más bien huyendo) por las calles adyacentes a Gran Vía a las 2.00 de la mañana tienes la sensación de que cualquier cosa puede sucederte, incluso encontrarte con el Joker.

Las cosas positivas que saco de este viaje son la visita al Parque Warner (con la experiencia más terrorífica de mi vida montado en una atracción), la visita al Zoo (me encantó, todo hay que decirlo) y sobre todo la sensación particular que me traje de vuelta: qué suerte tengo de disfrutar de dos ciudades con una calidad de vida tan impresionante. Gracias Sevilla, y sobre todo, gracias Córdoba.

Seguramente ellos jamás lo entenderían. Tendrían demasiada prisa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabes que esas sensaciones son compartidas por muchos de por aquí, yo incluido. Me alegro de estar rodeado de gente que sabe realmente lo que es una buena calidad de vida.

Un abrazo.

Helen dijo...

Pues la verdad es que fue una sensacion bastante mala la que me produjo la ciudad, y eso que estabamos en el centro, no quiero ni imaginar como tienen que ser los barrios chungos.
Eso si el parque warner merece la pena y el zoo tambien, solo para ver al cochinillo criollo