Mi historia comienza un viernes por la tarde, ya casi de noche. Cansado de una buena noche de concierto anterior mi cuerpo no me pedía volver a repetir la experiencia, aunque no sé por qué al final terminé por decidirme.
Pobre de mí. Si hubiera cometido la estupidez de no asistir a semejante muestra de arte y espectáculo jamás (aunque sin saberlo) me lo habría perdonado. Y es que la mayoría de las veces, cuando mejor te lo pasas es cuando no lo esperas.
Desde la puesta en escena, pasando por el excelente sitio del que pude disfrutar con Belén, hasta el sorprendente buen sonido me enganchó desde el principio. Pero lo que yo jamás podía esperar es una actuación de ese calibre. Don Enrique Bunbury (de sobras merecido ese Don) se tomó el concierto como el último, y nos ofreció un espectáculo difícil de olvidar.
No entraré en los temas que tocó (para mí, unos mis preferidos, otros conocidos y los menos ignorados) ni si fueron los acertados o no. Me quedo con lo que desde este momento considero un ARTISTA con letras mayúsculas. Un showman, o mucho más que eso, alguien que me hizo pasar un rato realmente increíble.
Por todo ello, gracias Don Enrique y perdón por dudar de usted.
PD: por supuesto, el concierto de Iván Ferreiro y Quique González fue una pasada, pero eso no es ninguna sorpresa para mí.
martes, 30 de septiembre de 2008
Eutopía 08
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